"Las llaves de la muerte" - F. J. Zornoza

He de reconocer que hasta este mes no había oído hablar de este libro. Pero me lo recomendaron, me llamó la atención y aproveché el mes de la novela histórica para leerlo.

Éstas son mis impresiones.


F. J. Zornoza
Nació en Valencia en 1964. Casado y con dos hijas.
Cuando inició sus estudios de Derecho era muy consciente de que su verdadera vocación era escribir. Y lo mismo pensaba al terminarlos. Sin embargo, inició su carrera profesional en una gran empresa aseguradora, alejado de las letras.

En 2011 decide no postergar por más tiempo su sueño y robándole tiempo a su familia y amigos escribió “Las llaves de la muerte”

Actualmente está escribiendo su segunda novela.


Datos técnicos
Título: “Las llaves de la muerte”
Autor: F. J. Zornoza
Editorial: Libros Mablaz
Edición de tapa blanda
Año de edición: abril de 2015
Páginas: 241
ISBN: 9788494360817


Argumento

Año 1110, una pesada y lenta carroza cruza la meseta castellana en dirección a la abadía de San Isidro de Dueñas. En su interior, viaja la reina Urraca totalmente absorta en sus pensamientos. Castilla precisa de un heredero que crezca bajo su tutela, y someta a sus fueros a la nobleza aragonesa. Pero Alfonso I, el monarca aragonés, su esposo, homosexual y misógino es incapaz de yacer con ella. Sin embargo, las noches de la Reina no son aburridas pues suele hacerse acompañar de alguno de sus condes. La reina trama un ardid: hará pasar un hijo de cualquiera de los condes por hijo del rey. Por eso está en esa carroza.

F. J. Zornoza, tras profundos estudios y esfuerzos de documentación, logra recrear y trasladarnos a una época de la que tan poco conocemos. "Las Llaves de la Muerte" es una intrigante novela histórica repleta de erotismo que, sin duda, refuerza el interés por su lectura.



Impresiones

“Las llaves de la muerte” es una novela histórica y de ficción histórica que nos traslada a principios del siglo XI, en la época del reinado de doña Urraca.
La novela comienza en Uncastillo, Navarra, donde un hombre no se resigna a las restricciones del saber de aquella época y en su afán por investigar y conocer cada vez más, se va adentrar en el campo de la alquimia. Y va a adentrar en él a su curiosa familia.

Históricamente, en el período en el que transcurre la historia, reinaba doña Urraca, a la sazón casada con el rey de Aragon, Alfonso el Batallador. Tras enviudar del anterior rey castellano, razones de estado aconsejaron que uniera su vida a la del rey aragonés. Pero la fuerte personalidad de ambos y los gustos del rey hacen que la unión no pueda ser fructífera y Urraca no pueda tener el ansiado heredero, ese que unificaría las dos coronas.

Ya he comentado en ocasiones que la Edad Media es uno de mis períodos históricos preferidos. Y de ahí viene mi pasión –confesado- por los castillos. Siempre ha suscitado mi interés la forma de organización política de la época, las diferencias de clase, la vida en los castillos, el poder del clero… Y, en lo que a España se refiere, es una época en la que, a todo eso, se une la Reconquista. Tras años, siglos, de invasión árabe, poco a poco, unos hombres valientes van conquistando, piedra a piedra, pueblo a pueblo, toda la Península hasta que, al final, en 1492 consiguen la unificación del territorio. Me parece una época fascinante y que literariamente da mucho juego pues está llena de batallas, aventuras, amores…

La novela se sitúa en plena Edad Media. La reconquista está ya bastante avanzada y, de hecho, ya existen desde hace mucho los reinos de Castilla, León, Galicia y Aragón. Pero todavía no existe una España como tal sino dos grandes reinos. Castilla, unida a León y a Galicia, es el feudo de doña Urraca. En Aragón reina Alfonso el Batallador. Si se hubieran llevado bien, podrían haber formado el reino de España. Pero no era el caso. Sus personalidades eran demasiado fuertes, cada uno de ellos quería reinar sobre el otro. Y así no había manera. Un hijo lo hubiera, quizás, solucionado todo. Pero el matrimonio no tenía descendencia y es que, según el autor, los gustos del rey no eran muy afines a los de la reina…

La parte más histórica de la novela me ha gustado mucho. Conocía a doña Urraca tan sólo de oídas e, investigando un poco, he averigüado que es un personaje no muy bien tratado en la literatura, ni siquiera en los libros de Historia. Me gusta que el autor haya reivindicado un personaje que, en el fondo, tiene una gran importancia pues no deja de ser una de las pocas reinas que ha tenido el país. Urraca no era reina consorte, sino verdadera reina de Castilla y León . Y, tal y como la pinta el autor, una mujer fascinante que supo buscar los apoyos adecuados y llevar la corona con mucha dignidad. Otra cosa es que no todo le saliese como ella hubiera querido….

Desde el punto de vista histórico, la novela está bien documentada. Los escenarios están bien descritos, así como los personajes que realmente existieron (los reyes, nobles…) y los lugares donde se desarrolla la acción. Escenarios que podemos buscar en google para así situarnos mejor. De hecho, yo he leído el libro con la tablet al lado para buscar los diferentes castillos, monasterios y pueblos que se citan. Me parece que de esta forma la lectura se enriquece un montón, además de que permite situarnos exactamente en el contexto donde viven los personajes y, por supuesto, aprender.

Pero “Las llaves de la muerte” no es una novela estrictamente histórica; o, mejor dicho, no sólo es una novela histórica, sino también es una novela de ficción histórica. Y a esta parte pertenece la historia de Bartolomé de Sádaba y de su familia, con la que la novela comienza. Bartolomé es médico y en su ansia de saber, se introducirá en el terreno de la alquimia, rozando la brujería. Prácticas prohibidas que pueden ocasionarle un gran mal y que por ello ha de realizar en su laboratorio oculto. Sus hijas también beberán de sus conocimientos aunque a una de ellas la vida le llevará por otros derroteros. De hecho, una de las hijas y el hijo serán los que nos introducirán en los monasterios, tanto de mujeres como de hombres y de su mano conoceremos los misterios de quien dedica su vida a Dios (ejem).

La novela, como veis, toca diversos frentes: los asuntos políticos de los reyes, la alquimia y la vida en los monasterios. Todos ellos muy interesantes; la verdad es que cada uno de ellos podría haber dado a una novela completa. Por ponerle algún “pero”, algunas escenas y algunos temas están tocados un poco por encima. Ya he dicho que cada uno de los tres temas que toca podrían haber dado para una novela entera; al meter los tres en una hay momentos, escenas o situaciones que creo podrían haberse desarrollado más. O quizás es que me estaba gustando tanto que me ha dado pena que se terminara y que no me hubiera importada que siguiera durante unas cuantas hojas más.

La novela está estructurada en 29 capítulos de corta extensión (no suelen superar las diez páginas). En el encabezamiento de cada capítulo podemos ver el lugar en el que transcurrirá (Uncastillo, castillo de tal, monasterio de cual) y el año. Comienza en el año 1089 y termina en el 1134. Salvo el capítulo 29, el último, del que sólo os voy a decir que es una auténtica sorpresa.

El estilo del autor es muy cuidado y trabajado. En algunos momentos de un cierto tono poético, sabe adaptarse a los diferentes escenarios que dibuja y a la forma de hablar de la época. Pero de forma comprensible para los lectores de la época actual. Aunque se utiliza algún vocablo antiguo, alguna construcción sintáctica ya en desuso, no por ello se pierde la facilidad de lectura que impregna toda la novela. Y es que la novela resulta de amena y sencilla lectura. El cambiar tanto de escenarios y personajes y al introducir diferentes cuestiones, temas y géneros, da como resultado una novela muy entretenida, que se deja leer sin tener que realizar grandes esfuerzos. Otro claro ejemplo de lo que siempre os digo: la novela histórica no es, normalmente, aburrida sino todo lo contrario.

Os dejo alguna frase que me ha gustado especialmente para que veáis el estilo del autor:

“La noche se detuvo una vez más, perdida entre la vigilia y el sueño, en esa fase de duermevela en que se mantiene viva la consciencia, aunque se pierde la conciencia”
“El enigma de la vida no se localiza en el nacimiento. El verdadero misterio a resolver es la muerte. Conservar antes que acrecentar. La naturaleza resuelve el origen de la vida. Sin embargo, la razón se rebela ante la inadmisible idea de la muerte. El ser humano ha ideado la única solución posible a tan incognoscible problema: obviarlo. El hombre ha convertido el mundo real en tránsito, y lo desconocido en eterna existencia. Sin evidencias el abrumador miedo que sentía, convirtió lo imaginario en auténtico. Y sin sentido alguno, explicó lo inexplicable, al convertir la muerte en vida eterna y la vida en pasajera existencia.”

Actualmente, podéis encontrar el libro con la portada que yo os he puesto. Pero sin miráis en google, podréis encontrar otra novela de tener muy diferente. De hecho, si tan sólo nos fijamos en la portada anterior podríamos pensar que se trata de una novela erótica. Y no es el caso; no es una novela erótica aunque sí que hay algunas escenas un poco subidas de tono que yo, más que de eróticas, calificaría de sensuales por el buen gusto con el que son narradas.



Conclusión final

En definitiva, “Las llaves de la muerte” es una novela que aún Historia y ficción histórica. Y las mezcla también que realmente parece como si los personajes ficticios hubieran vivido en la misma época que los reales y hubieran podido tener contacto con ellos. Una novela en la que hay alquimia, luchas políticas, amor y muchas otras cosas más.



  

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