“El silencio del pantano” - Juanjo Braulio

Tuve la suerte de que en verano la editorial Ediciones B me enviase una edición anticipada del que se preveía lanzamiento estrella de septiembre, “El silencio del pantano” de Juanjo Braulio. Para más inri, surgió la ocasión de leerla en una de esas lecturas simultáneas que surgen espontáneamente en twitter (tiene mucho peligro decir que tienes un libro porque enseguida hay algún comentario tipo “yo también”, al que le sigue “¿y si lo leemos juntos”, “pues vale”, “¿quién más puede tenerlo?” Y ya está líada)

Hoy, día de publicación del libro, publico yo también mi reseña.

Éstas son mis impresiones



Juanjo Braulio

Juanjo Braulio nació en Valencia en 1972. Está graduado en Enseñanzas Artísticas por la Sankt Eskils Skola de Eskilstuna (Suecia) y licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Politécnica de Valencia. Periodista y escritor, empezó su carrera en la delegación valenciana de Diario 16, desde el que pasó a Las Provincias, donde fue redactor de Medio Ambiente, Municipal, Política y jefe de Opinión.


Posteriormente fue jefe de Informativos de Ràdio Nou y colaborador del Suplemento Semanal (Grupo Vocento), la agencia Colpisa y el diario Abc. Un compendio de sus columnas de opinión fue publicado en forma de libro con el título La escalera de Jacob(2004). También es autor de En Ítaca hace frío (2014), un libro de viajes sobre Suecia.

Después de años contando verdades que parecían mentira, con El silencio del pantano, su primera novela, decidió que era tiempo de contar mentiras para decir verdades.



Datos técnicos

Título: “El silencio del pantano”

Autor: Juanjo Braulio

Editorial: Ediciones B

Edición: rústica, sin solapas

Publicado el 16 de septiembre de 2015

Páginas: 400

ISBN: 978-84-666-5767-9

PVP: 19,00€ en papel



Argumento

En esta deslumbrante novela negra, la poderosa voz de Juanjo Braulio nos sumerge en una historia de muerte, codicia y falta de escrúpulos, dejando al lector sin aliento y con la sensación de haber leído una obra maestra.
La trama arranca con el hallazgo de un cadáver en un recodo del río Turia. El asesino parece recrear un antiguo ritual romano reservado a los reos culpables de parricidio. El crimen salpica a los poderosos de la sociedad valenciana, que pronto dejarán al descubierto el pantano silencioso, símbolo de la decadencia y la corrupción, sobre el que se alza la ciudad. La investigación se verá envuelta en este fango cada vez más escondido y peligroso, desvelando oscuros episodios de nuestro pasado. 

Lleno de referencias literarias, con ecos de Rafael Chirbes y guiños a Patricia Highsmith y Paul Auster, el adictivo debut literario de Juanjo Braulio lo tiene todo para convertirse en uno de los acontecimientos editoriales del año. 


Impresiones

Lo mío con esta novela fue amor a primera vista. Verla en el catálogo de novedades de otoño de Ediciones B y desearla fue todo uno. Encima, tuve la suerte de poder leerla antes de su publicación.

En “El silencio del pantano” nos encontramos ante una novela negra que se desarrolla en Valencia. Una ciudad que, yo lo desconocía, está prácticamente construida sobre un pantano; ese pantano silencioso del título.

En Valencia un escritor cuyo nombre no llegaremos a saber y del que sólo conoceremos la inicial con la que firma sus novelas, Q, está escribiendo su tercera novela. Las dos anteriores, negras, han sido todo un éxito y espera que la tercera lo sea. Será la tercera entrega de una serie policíaca protagonizada por David Grau, un brigada de la Guardia Civil, muy formado para su trabajo pero que guarda un secreto personal: su condición de homosexual ( a pesar de todos los progresos sociales, un guardia civil “no puede” ser gay). Esta tercera novela comienza con la aparición en un recodo del río Turia del cadáver de un tal Xabier Ros dentro de un saco. Pero no está solo: le acompañan una serpiente, un perro, un gato y un mono. Al equipo policial encargado del caso le asombra esta puesta en escena, más cuando averigüa que hay un antiguo ritual romano, que por lo que parece se aplicaba como pena a los parricidas, que consistía precisamente en eso.

Estamos, como cada vez va siendo más frecuente ante una novela con dos tramas paralelas y ante un libro dentro de otro libro. Por una parte, tenemos la historia de Q que, mientras está escribiendo su novela, tiene acceso a un pen drive en el que se guardan oscuros secretos relacionados con las drogas. Por otra, la propia novela que escribe Q protagonizada por Grau. Las historias se entremezclan de tal manera que es muy dificultoso, sobre todo al principio, saber ante qué historia estamos. Yo, al menos, me hice un buen lío durante casi la mitad de la novela. Esto es algo totalmente buscado por el autor, que juega a la confusión, mezclando las historias (ambas del mismo tipo, negras), sin distribuirlas en diferentes capítulos, sin utilizar diferentes tipografías ni estilos. En un párrafo estamos en la vida real y en el siguiente en la de la novela. Es líoso, sí, pero es consustancial a la novela.

Por esa novela dentro de una novela y ese escritor que está escribiendo un libro, no pude evitar, ya casi desde las primeras hojas, relacionar esta novela con “La novela de Rebeca”, también editada por la misma editorial hace pocos meses. Aunque luego las tramas van por derroteros totalmente distintos, lo cierto es que al principio sí que se pueden ver similitudes

Las dos tramas son interesantes pero me ha gustado más la protagonizada por David Grau; tanto por la trama en sí como por los personajes, que me han llegado más. La trama porque todo el tema de la pena del saco me ha resultado muy interesante. Y también la investigación realizada por Grau y compañía. Además, el personaje principal me ha parecido un cielo. Me lo he imaginado como a un guardia civil un poco regordete, con esas caras sin casi pelo y muchos colores, como de niño pequeño. Me ha gustado su inteligencia, su intuición… Y también su superior con ese juramento de “la calavera negra” jajaja.

En cambio, Q es un protagonista francamente antipático. Por lo que hace, lo que piensa y lo que dice. Con Q el autor aprovecha para hacer crítica social. En muchos casos muy acertada, no cabe duda. Pero hay algunas apreciaciones (que espero sean de Q y no del propio autor jejeje) que no puedo compartir y que pueden llegar hasta a sentar mal a determinada gente, como las que se refieren a los ciclistas o a los blogueros (me temo que Q no nos quiere mucho, ¿será que algún bloguero hizo una crítica negativa de sus dos primeras novelas?) Tampoco los personajes que le acompañan son mucho más simpáticos que él. Falconetti o Falco es el típico matón al que es imposible coger ningún tipo de cariño. Casi la que más me ha gustado es doña Puri porque no me puedo ni imaginar una capo como ella, viejita, gorda, regentando un bar…
En el libro hay bastantes referencias literarias, tanto a otros escritores o libros (por ejemplo al Tom Ripley creado por Patricia Higshmith o Blasco Ibáñez y sus Cañas y barro) como a temas relacionados con la escritura en sí. Destaca en este aspecto la forma en la que Q se documenta para escribir sus novelas. No os voy a decir qué forma es esa, es top secret, pero sí que os puedo decir que su trabajo de documentación es de lo más exhaustivo

“Un creador de historias es un prisma de miles de caras y cada vez que una de sus criaturas dice algo, el que habla en realidad es el propio escribidor. Escribidor. Le encanta esa definición de don Mario, pese a no estar de acuerdo con el premio Nobel en que la ficción sea, por definición, una impostura – una realidad que no es y, sin embargo, finge serlo- y que toda novela sea una mentira que se hace pasar por verdad, una creación cuyo poder de persuasión depende exclusivamente del empleo eficaz de unas técnicas de ilusionismo y prestidigitación semejantes a las de los magos… Toda ilusión, todo engaño se basa en elementos reales. El mago mueve mucho la mano arremangada delante de sus ojos para que no te des cuenta de lo que hace con la otra. Los escritores, para conseguir lo mismo, se documentan…”

Hay referencias también a la que es mi generación, esa generación  

de “los que hicieron los cuadernos de Vacaciones Santillana; que veían los sábados a mediodía Mazinger Z y Comando G; que se rieron la Nochevieja con Martes y Trece; que hicieron el BUP y el COU; que sufrieron la selectividad, los numerus clausus, el trabajo en un bar o en la empresa donde está mi padre en verano, la objeción de conciencia y las becas sin cobrar. Que soñaban con un ordenador Spectrum de 48K y se compraron una Playstation 3 para ellos con la excusa de que era para sus hijos. Que llegaron, como pudieron, a donde sus padres no lo habían conseguido . Que se creyeron .que nos creímos, piensa- que por no trabajar con una azada, no pasar el mocho o no cargar cajas como sus mayores ya eran de clase alta y podían bailar con el resto de las cañas en lo alto del cañaveral el vals mudo del pantano…”

La historia transcurre en Valencia, una ciudad que Braulio conoce bien. Una ciudad que no es marítima sino “una urbe fluvial construida sobre un descomunal pantano”. Una ciudad que fue creada por los romanos en el único promontorio seco de la zona, cuyos barrios fueron robados al Turia, en la que subyace el pantano que, esporádicamente, sale a la superficie: antes con epidemias de malaria, luego con desbordamientos, ahora regando a la ciudad y sus habitantes con codicia, orgullo, odio, envidia, rencor, violencia y muerte. Una ciudad que ha sido, en tiempos recientes, objeto de la especulación inmobiliaria. Una ciudad con sus virtudes y sus defectos.

La historia está narrada en tercera persona por un narrador omnisciente, tanto la trama principal como la novela dentro de la novela. Aunque hay bastante diálogo, yo diría que predomina la narración, con descripciones a veces bastante exhustivas sobre determinadas escenas o situaciones. El estilo de Braulio es rico y cuidado, con muchas frases para subrayar y sobre las que reflexionar. La novela avanza con ritmo aunque éste no llega a ser nunca vertiginoso. La alternancia de historias mantiene constante el interés del lector, así como la dificultad inicial a la hora de saber ante cuál de las dos tramas nos encontramos en cada momento, hecho que requiere una lectura atenta y tirando a pausada.
Finalmente, decir que aunque todo queda resuelto en ambas tramas, se deja la puerta abierta a una posible continuación


Conclusión final


“El silencio del pantano” ha resultado ser una lectura amena y entretenida que, a través de dos tramas paralelas, nos va a llevar al proceso de creación de una novela y a la novela en sí, todo aderezado con una trama relacionada con los negocios más oscuros de la mafia valenciana. Especialmente recomendado para los amantes de la novela negra.

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